¿POR QUé HAN SUBIDO TANTO LOS PRECIOS DE LOS COCHES?

El coste de un Volkswagen Golf casi se ha duplicado en veinte años: intentamos comprender los motivos.

Los precios de los coches han subido mucho en los últimos años y todos nos hemos percatado. Más difícil, sin embargo, es entender exactamente cuánto y por qué han aumentado esas tarifas.

Un estudio de Transport & Environment del año pasado cifra esa subida en un 41% dentro de los modelos de entrada de los principales fabricantes europeos. Es decir, casi se ha duplicado el coste. Vamos a intentar comprender mejor la magnitud del fenómeno y por qué.

El caso del Golf

Para dar un ejemplo más concreto, tomamos el Volkswagen Golf, uno de los modelos más vendidos en Europa, y comparamos la lista de precios (en Italia) de hoy con la de hace diez y veinte años.

Volkswagen Golf Mk8 2024

Volkswagen Golf Mk7 2014

Volkswagen Golf Mk5 2004

Si en 2004 un Golf Mk5 básico costaba 15.950 euros, en 2014 el precio del Golf Mk7 partía de 17.650 euros, un aumento lógico del 10,6%. Sin embargo, el gran salto se encuentra en 2024: 30.150 euros, lo que corresponde a un aumento del 70,8% respecto a 2014 y del 89% frente a 2004.

Modelo y año Precio Porcentaje de aumento
Volkswagen Golf 2004 15.950 euros -
Volkswagen Golf 2014 17.650 euros +10,6% sobre 2004
Volkswagen Golf 2024 30.150 euros +70,8% sobre 2014            +89% sobre 2004

En resumen, quien quiera comprar hoy un Golf de acceso tiene que gastarse casi el doble que hace diez o veinte años. ¿Cuáles son las principales razones?

  • Crisis de los microchips
  • Aumento del coste de las materias primas
  • Menos coches vendidos, más beneficio por coche
  • Normativa medioambiental
  • Ayudas a la conducción y sistemas de seguridad

Crisis de los microchips

Uno de los principales motivos del aumento de precios es la escasez de microchips.

La pandemia provocó una parada o ralentización de la producción de semiconductores entre 2020 y 2023, y eso afectó a la fabricación de vehículos.

Chip de carburo de silicio de Bosch

En consecuencia, se redujo la oferta y no descendió la demanda, lo que provocó la subida de los precios de los coches. Ahora mismo, nuestro mercado automovilístico sigue dependiendo de importaciones de plantas de producción de chips, con los consiguientes problemas de suministro en caso de crisis internacional. 

Aumento del coste de las materias primas

Según una estimación de J.P. Morgan, casi la mitad del aumento de los precios se debe a la subida de los costes de las materias primas. Elementos como el acero, el aluminio, el cobre y los plásticos alcanzaron su nivel máximo en 2022, pero sigue existiendo el problema de los elevados costes del transporte, la logística, la mano de obra y la electricidad, que los proveedores repercuten en los fabricantes de automóviles.

Acero producido con energía 'verde' en Suecia

A esto hay que añadir los altos niveles de inflación en varias partes del mundo, que afectan a los costes de producción de los coches y, por tanto, a los precios al consumo.

Más beneficio por coche

El descenso de las ventas de coches, que comenzó en 2020 y aún está lejos de los niveles anteriores a la pandemia, también ha traído otra consecuencia sobre los precio. Menos coches vendidos significa menos beneficios para los fabricantes. ¿Solución? Aumentar la rentabilidad por cada matriculación. Así se consigue un beneficio igual o superior al que se obtenía antes del COVID-19.

Normativa medioambiental

Por otra parte, las normativas medioambientales europeas, cada vez más estrictas, obligan a los fabricantes a invertir mucho dinero en tecnologías de bajas emisiones y en motores más eficientes.

Pruebas de consumo y emisiones en laboratorio (WLTP)

El cese de las ventas de los coches nuevos con motor de combustión interna en 20235 también ha impulsado a los grandes grupos a invertir varios miles de millones de euros en el desarrollo de una nueva industria del coche eléctrico, que también incluye costosas gigafábricas para producir baterías.

Ayudas a la conducción y seguridad

En los últimos años, la Comisión Europea ha hecho obligatorios una serie de sistemas de seguridad y ayudas a la conducción (ADAS) en los coches de nueva homologación, que acaban incrementando el precio de los automóviles.

Se trata de funciones tan importantes para la seguridad vial como la frenada automática de emergencia, el mantenimiento de carril, la detección de fatiga del conductor o la llamada de emergencia eCall.

ADAS: mantenimiento de carril

A esto hay que añadir los criterios cada vez más estrictos adoptados por Euro NCAP para conceder las famosas cinco estrellas en las pruebas de choque. Todo esto tiene un coste, ya que los componentes, la tecnología y la integración de estas ADAS repercuten cada vez más en el precio final del coche.

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