OPINIóN | MI RESPUESTA A LAS MENTIRAS DE LA EMBAJADORA PALESTINA EN URUGUAY

Una de las primeras preguntas que me hice retóricamente al leer la senda entrevista de mi colega César Bianchi en Montevideo Portal a la embajadora palestina en Uruguay Nadya Rasheed, es qué será peor: que realmente crea todas las falsedades y distorsiones que dice o que mienta a sabiendas. Y esta nota no apunta a desmentir que hay sufrimiento palestino —porque lo hay—, sino a poner los puntos sobre las íes sobre el por qué de esta guerra, su dinámica general, y concretamente, a decir la verdad sobre todas las mentiras expresadas.

Quedarán varios puntos sin responder, por cuestión de espacio, aunque de todos modos esta no es una columna corta.

La guerra fue impuesta a Israel por el terrorismo, porque ningún país normal tiene el derecho de no defenderse de quienes quieren exterminarlo.

Esta señora tiene el tupé de criticar a Uruguay, acusándole de “mantener silencio en 11 meses de genocidio”. Doble atrevimiento. Primero, por inventar hechos que nunca ocurrieron, como ese eslogan del genocidio que suena tan impactante y que figuras palestinas usan una y otra vez sabiendo que muchos lo repetirán simplemente porque ellos lo dijeron y no osan discutirles o no tienen los elementos para hacerlo. Y segundo, porque partiendo de esa mentira, osa criticar a Uruguay como si callara a sabiendas ante una barbaridad así, aunque no existe en realidad ningún genocidio.

Pero como estamos aquí quienes conocemos a fondo la historia y los hechos actuales, y por ende captamos la mentira, la demonización, el invento, apenas aparece, sus distorsiones no pasarán así nomás.

Lo que hay, no es un genocidio, sino una guerra israelí destinada a eliminar a los terroristas que le atacaron salvajemente el 7 de octubre, pero no como venganza por ello, sino para garantizar que no puedan cumplir sus promesas de volverlo a hacer.

Y claro que en esta guerra hay muertos palestinos, tanto terroristas como civiles que no lo son. Los hay en todas las guerras. No habría ni un palestino muerto desde el 7 de octubre, si no fuera por la salvajada que cometieron en el sur de Israel, asesinando a 1.200 personas, quemando a familias enteras a tal punto que en muchos casos llevó semanas identificar los restos de los huesos hechos cenizas, violaron, torturaron y secuestraron a 250 personas, la mayoría civiles, entre ellos un bebé y decenas de niños y ancianos.

Es más: no habría no terroristas muertos de no ser por el hecho que Hamas convirtió a todos los espacios civiles de Gaza en blancos militares legítimos (según el Derecho internacional) al usarlos con fines militares para atacar a Israel, esconder cohetes y demás. Sin ir más lejos, esta semana se revelaron las fotos de la boca del túnel de la muerte en el que días atrás Hamas asesinó a balazos a 6 de los secuestrados, cuando sintieron que el ejército se acercaba a ellos, y se muestra la verdad: salía de una habitación infantil. Así, en todos lados. Gaza usada para el terrorismo. E Israel tiene absolutamente todo el derecho del mundo a defenderse de ello.

Es un tema muy recurrente que los palestinos citen resoluciones de la ONU como fuente prácticamente sagrada que legitima según ellos tal o cual postura política que tienen. Por ejemplo, Jerusalem. El tema surge cuando el periodista recuerda a la señora que Uruguay decidió abrir una oficina comercial en Jerusalem y que ella fue crítica en su momento al respecto y le pregunta por qué lo vio como una mala señal. Y ella responde: “Porque Uruguay es un país que siempre cumple con las leyes internacionales, con los derechos humanos, con las resoluciones de la ONU, y todos dicen que esta parte de Palestina es un territorio ocupado. Jerusalén es un territorio ocupado. Eso es un hecho, no es mi opinión. Si tú vas a leer todas las resoluciones de la ONU, hay muchas sobre Palestina, hay otras específicas sobre Jerusalén, y dicen eso”.

Lo que la señora no dice es que la ONU adopta resoluciones por mayorías automáticas y tiene una tendencia absolutamente discriminadora y obsesiva con Israel, al que dedica sesiones especiales y una sarta de resoluciones hostiles injustas que superan por lejos las adoptadas contra regímenes despóticos que violan diariamente los derechos humanos. 

Tampoco dice que fueron los árabes, incluyendo los hoy llamados palestinos, los que rechazaron no sólo con palabras sino con declaración de guerra una resolución clave de la ONU que apuntaba a la paz, la resolución 181 del 29 de noviembre de 1947, que recomendaba la partición de la Palestina del Mandato Británico en dos Estados, uno judío y otro árabe. Y determinaba que Jerusalem sería un corpus separatum bajo gobierno internacional, cuyo destino definitivo se decidiría 10 años más tarde en un plebiscito de su población. El liderazgo judío aceptó y los árabes no sólo dijeron que no, sino que atacaron violentamente a Israel apenas declaró su independencia para tratar de destruirlo.

Jerusalem, que los judíos habían aceptado esté 10 años bajo gobierno internacional, fue atacada por la Legión Jordana, y al terminar la guerra, la ciudad por primera vez en la historia estaba dividida. Al Este de la línea de alto el fuego, lo que desde entonces se llamó Jerusalem oriental, quedó bajo ocupación jordana y al oeste, bajo gobierno israelí, que la declaró con absoluta justicia histórica, su capital. Jerusalem nunca en la historia había sido capital de ningún Estado, sólo de los reinos judíos de la antigüedad. Y volvía a serlo en la era moderna al fundarse el Estado de Israel.

En 1967, en la guerra de los Seis Días, al repeler el ataque de Jordania, Israel reconquistó la Ciudad Vieja y volvió al sagrado Muro de los Lamentos. Desde entonces, la ciudad está abierta a todos. Todo aquel que visita Jerusalem puede verlo.

La señora tiene el tupé de acusar a Uruguay de “violar las leyes internacionales y las resoluciones internacionales” y de decir que “eso no va a aportar a la paz”. Claro, no aportará a la paz si del lado palestino reaccionan con la violencia característica cada vez que desaprueban de algo, amenazando y tratando de intimidar.

Otro “pequeño detalle”. La oficina anunciada de Uruguay, no sería abierta en Jerusalem oriental, que los palestinos dicen tiene que ser la capital de su estado independiente. Pero los palestinos no reconocen ningún vínculo histórico del pueblo judío con Jerusalem y por ende se creen en el derecho de alegar que Israel no puede tener representación ninguna en la ciudad.

La señora “no entendió” la postura de Uruguay, cuando se abstuvo en una votación en la ONU por un alto el fuego, aunque después hubo otra que sí apoyó. Israel aceptó un alto el fuego cuando a cambio de ello recibía de regreso a sus ciudadanos secuestrados, arrancados brutalmente de sus camas el 7 de octubre por terroristas armados hasta los dientes. Y yo espero que haya otro pronto, para recuperar a todos los demás que están aún presos en Gaza.

¿Acaso Israel tiene que facilitarle las cosas a los terroristas islamonazis de Hamas, hermanos mellizos de ISIS? ¿Por qué?

Es muy efectista, señora, que usted diga una y otra vez “genocidio” . Los palestinos, cuyo discurso público en árabe es absolutamente antisemita, cuyo “gran” líder, el Mufti Hajj Amin el-Husseini ofreció sus servicios a Hitler, no tienen ningún derecho de decir tantas furibundas mentiras.

Genocidio es una acción destinada a erradicar a un pueblo, una etnia o una religión de la faz de la Tierra, que es precisamente lo que trataron de hacer los árabes en 1948, en 1967, y Hamas particularmente el 7 de octubre del 2023. Israel lanzó una respuesta categórica y fortísima no contra el pueblo palestino sino contra las organizaciones terroristas, pero como están incrustadas en medio de la población civil, hay también muertos civiles.

Aun así —y no me alegra ni un civil muerto, especialmente no cuando hay niños que pierden la vida en esta guerra— la proporción de no terroristas muertos es infinitamente menor que en otros conflictos, como la guerra anti terrorista en Irak y Afganistán.  La embajadora alega  que han muerto 40.000 palestinos en esta guerra. Digo “alega” ya que la fuente de información es Hamas, que es repetida increíblemente en forma automática por organizaciones internacionales y también por medios de comunicación, pero a los terroristas no hay por qué creerles nada ya que  ha sido comprobado en múltiples ocasiones que mienten descaradamente. Puede que el número sea exacto y puede que no. Lo seguro es que contrariamente a lo que dicen explícita o implícitamente, esa cifra incluye a enorme cantidad de terroristas, a los que Hamas evidentemente nunca menciona. Pues Israel hace ya como un mes confirmó que había eliminado a unos 17.000 terroristas, y desde entonces se sumaron muchos más. O sea, que inclusive si es cierto el número total que da Hamas, la proporción entre terroristas y no terroristas es muchísimo menor que en otros conflictos. Y eso es así porque Israel despliega enormes esfuerzos para reducir al mínimo el riesgo a los civiles: crea zonas humanitarias, avisa a la población cuando va a maniobrar militarmente en una zona y les da tiempo a desplazarse hacia áreas humanitarias en las que el propio ejército israelí ya instaló servicios médicos y alimentos, tiendas de campaña, y en muchos casos avisa antes de atacar.

Aclaro lo que para mí es obvio. No  alego ni por un instante que no hay sufrimiento palestino o que la situación es fácil para la población de Gaza. Tampoco minimizo el valor de las vidas perdidas de civiles. Pero no conozco ningún otro ejército que tome tantas precauciones y medidas para reducir al mínimo el riesgo en el lado enemigo, como lo hace Israel.

También abastece diariamente de ayuda humanitaria, que en su mayoría es robada por Hamas.

Le preguntan a la embajadora cuántos días lleva “el asedio israelí a Gaza”. Más allá del planteamiento, que nos parece equivocado ya que Israel combate denodadamente a Hamas mientras introduce ayuda humanitaria para la población civil y hasta evacúa a la gente a zonas seguras cuando va a atacar a Hamas en determinados puntos, es increíble la respuesta de la señora.

Dice “si miramos Gaza, no podemos contar la historia solamente de estos 11 meses. Gaza ha sido ocupada por más de 17 años. Hubo cinco guerras. Nadie puede entrar, nadie puede salir de Gaza por 17 años, eso es mucho antes del 7 de octubre [de 2023]”.  Este párrafo supera los límites de la desinformación, por ser delicada. Y no hay duda que falta tan alevosamente a la verdad, porque piensa que nadie le va a discutir o que del otro lado no conocen a fondo la situación. Si hago las cuentas para atrás, 17 años, llego al 2007. ¿Ocupada 17 años? Sí… ¡por Hamas!

Israel se retiró de Gaza —que había conquistado en 1967 al repeler el ataque de Egipto en la guerra de los Seis Días— el 12 de setiembre del 2005. La Franja quedó en manos de la Autoridad Palestina, pero el 7 de junio del 2007 se confirmó el golpe violento de Hamas en la Franja de Gaza que echó a la Autoridad Palestina, tiró a miembros de Fatah por los techos y comenzó a regir la franja con puño de hierro.

Desde entonces hubo sí varios operativos militares fuertes contra la infraestructura armada de Hamas, lo que ella llama guerras, pero la señora omite decir que absolutamente todos fueron desencadenados por lluvias de cohetes disparados desde Gaza hacia la población civil israelí.

Y vuelve a las mentiras de apartheid. Nada mejor que repetir una noción, por más mentirosa que sea, para fijarla en la mente de la gente que repite sin pensar. Si es apartheid ¿por qué aceptaron en tantos hospitales israelíes a pacientes de Gaza y Cisjordania? ¿Por qué tantos palestinos pedían permiso para trabajar en Israel, felices al recibir el permiso, sabiendo que no sólo ganarían más que trabajando en Gaza sino que serían respetados y estarían protegidos por las leyes laborales de Israel? No son cuentos, yo los vi.

Lamentablemente, de los 18.000 palestinos que estaban entrando diariamente a trabajar en Israel cuando Hamas arruinó todo, sus vidas y la de tanta gente más en Israel y en Gaza lanzando la masacre contra Israel, está claro que muchos entregaron información a Hamas sobre los lugares en los que trabajaban, sobre cada casa y la ubicación de diferentes instalaciones que podían ayudar a Hamas.

Cuando el periodista le pregunta sobre la cantidad de muertos en general, también del lado israelí, ella dice “para nosotros, las vidas son iguales, cada vida es sagrada”. Entonces… ¿por qué la Autoridad Palestina paga a los terroristas presos por haber matado israelíes y a las familias de los muertos en atentados que cometieron, sumas que suben de acuerdo a la cantidad de vidas de israelíes que cobraron? ¿Por qué los terroristas responsables de asesinatos, también de civiles, inclusive de niños, son presentados por figuras oficiales palestinas como modelos a emular, como héroes de la sociedad? ¿Por qué la Autoridad Palestina a la que la señora representa no condenó ni una vez los crímenes del 7 de octubre?

No sólo eso sino que ella hasta dice que Israel “no tiene el derecho a la autodefensa”, dando a entender que por el “contexto” los terroristas tienen derecho a cualquier barbaridad y diciendo que “son ocupantes”.

Lamentablemente, la embajadora falta a la verdad sistemáticamente. La masacre fue cometida en territorio soberano de Israel, no en territorios en disputa. Bueno, sí en disputa a ojos de Hamas, que no reconoce para nada el derecho de Israel a existir, en ninguna frontera.

También miente, nuevamente, al decir que Israel usa hambruna como armas de guerra, cuando cualquiera con ojos bien puestos y mínimo de honestidad, ve la cantidad de ayuda humanitaria que entra diariamente a Gaza , gran parte de la cual es robada por Hamas. Y ya que habla de enfermedades…la semana pasada la OMS y UNICEF, con plena colaboración con el ejército israelí, llevaron a cabo una campaña de vacunación contra polio en Gaza. No porque haya habido una epidemia sino porque aparecieron unos casos puntuales, y no se quiso-con razón- que se extienda. Israel colaboró plenamente. ¿Los Aliados que combatieron a los nazis hicieron algo similar? No, nunca. Porque cuando se combate al mal absoluto, que es precisamente lo que constituye Hamas, no se va con medias tintas.

Habría muchos puntos más para responder y desmentir, pero ya nos hemos extendido demasiado. Me limitaré a destacar que la señora rehusa  decir que Hamas es un grupo terrorista y dice que “como muchos otros partidos, son parte de la esfera política Palestina”. Tratando de presentarse como gran demócrata liberal dice que “cada sociedad tiene ideas diferentes y posturas diferentes, que tal vez no concuerden”. Es un ridículo intento de dar legitimidad a Hamas, como si fuera una parte aceptable en una discusión que simplemente “tiene otras ideas”. Claro… el problema es que esas ideas son destruir a Israel, algo que Israel no permitirá.

Quedan muchos puntos pendientes que merecerían respuesta, pero los dejamos fuera porque ya nos hemos extendido mucho.

2024-09-07T23:53:36Z dg43tfdfdgfd